Solo Dios

Solo Dios es el único que tiene el derecho de juzgar, confía y camina segura de que el cuida tus pasos.

Meditacion Para Calmar Los Sentidos












Una vez que tu mente está calmada, intenta meditar en la imagen de un arroyo que fluye. Deja que sus aguas cristalinas se lleven lo que queda de tus pensamientos inquietos. Si alguna impresión vagabunda entra en tu mente, arrójala dulcemente en las aguas corrientes, y observa cómo se aleja rápidamente.

A medida que tu mente se tranquiliza, practica calmar los sentidos, uno por uno:

Concéntrate en el sentido de la vista. Retira la energía de tus ojos. Imagina una niebla descendiendo sobre tu visión externa, liberando tu atención hacia la contemplación de la luz divina interior. Recuerda, es a causa del apego de la gente a las vistas de este mundo que fallan al contemplar las escenas celestiales internas.
Luego, concéntrate en el sentido del oído. Retira tu energía de los tímpanos y del pensamiento de sonidos terrenales. Siente como estos sonidos de funden en el agua corriente del arroyo, disolviéndose en un murmullo estable.

Gradualmente deja que tu concentración se dirija hacia los sonidos de tu oído interno; preferentemente, dicen los yoguis, en el oído derecho. Imagina la voz del infinito hablando contigo a través de los sonidos internos.

Luego, concéntrate en el sentido del toque. Siente que la superficie de tu cuerpo no es tu piel, sino un aura de luz que rodea tu cuerpo. Expande esta aura. Siente como si, con cada aliento que sale, estuvieras inflando lentamente un globo de luz radiante.

Ahora, extiéndete en todas las direcciones a tu alrededor con dedos-rayos de luz astral. Toca, siente, y explora la realidad más amplia del Espíritu a tu alrededor. Intenta sentir detrás de todo la presencia sutil de la conciencia divina.

Finalmente, concéntrate en los sentidos del gusto y el olfato. Retira tu energía de la lengua y de las fosas nasales. Siente como si estuvieras bebiendo grandes tragos de paz y felicidad de un cáliz de cristal en una fuente de eternidad.

Ofrece la energía de tus sentidos hacia arriba, a Dios. Pídele que te llene con Su Gozo.

Cuánto más profundo llegues en meditación, más tu energía será retirada naturalmente del mundo externo de los sentidos. Eso te despertará al infinitamente más maravilloso mundo del Espíritu interior.

Cuando tu mente se esté liberando de los pensamientos inquietos, mentalmente construye une represa a través del arroyo que visualizaste en un principio. Mira como las aguas se alzan lentamente, hasta que se convierten en un gran lago.

Observa con calma la superficie de este lago. Ve el cielo azul reflejado en su superficie. Expande tu conciencia para alcanzar los cielos. Siente, en el espacio infinito más allá de la atmósfera de nuestra tierra, la vasta calma del Espíritu.

Calmar los sentidos es una de las mejores maneras de elevarse sobre la conciencia del cuerpo. Calmar la mente y las emociones es la manera de entrar en el reino del Espíritu.

Mis mejores deseos.


Buenos días!!

Pídele a Dios la fortaleza.

Las Muñecas

Un hombre y una mujer estuvieron casados más de cincuenta años.
Compartían y hablaban de todo, no tenían ningún tipo de secreto entre ellos, a excepción de una caja de zapatos, que la esposa tenía en su armario, aunque el esposo jamás preguntó por ella.

Un día, la esposa enfermó y el médico les dijo que sería muy difícil que se recuperara. El hombre, tratando de acomodar el armario, se topó con la caja de zapatos, la tomó en sus manos y la llevó a su esposa.
Ella al verla, le dijo:
–Creo que es hora de que sepas el secreto que he guardado durante todos estos años.
El esposo sorprendido y con curiosidad, abrió la caja y se encontró con dos muñecas tejidas
al crochet y una gran cantidad de dinero. Empezó a contarlo y vio que eran $ 95.000.
–Querida, ¿qué significa todo esto? Preguntó admirado.

La esposa le pidió que se sentará junto a ella y le dijo:
–Cuando nos casamos, mi abuela me dijo que el secreto de un buen matrimonio era no discutir nunca y me aconsejó que cada vez que me enojara contigo, guardara silencio y tejiera una muñeca de crochet.
El esposo tuvo que contenerse para no llorar de emoción, al ver que solo había dos muñecas en la caja.
–Quiere decir que en más de cincuenta años de compartir nuestro matrimonio, solo te has enojado dos veces… ¿Y el dinero, qué significa?
–¡Ah sí! −dijo la mujer. −Ese dinero es lo que gané con todas las muñecas que vendí durante todos estos años.

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